Los naturales también lloran

Existe la creencia, potenciada por muchos me temo que interesadamente (ojalá me equivoque), de que los naturales son como una especie de superhéroes con poderes de seducción y ligue sobrenaturales. Que tienen unas capacidades dignas de leyenda, y que prácticamente no conocen la derrota.

Algo así como que son los supersaiyanes de la seducción (un supersaiyan es un superguerrero de bola de dragón, en modo superguerrero es cuando son goku se ponía rubio con la melena para arriba y repartía unas tortas que trituraba montañas literalmente).

Y señores, no son supersaiyanes. ¿Están a un muy alto nivel? Estamos hartos de verlo a diario. ¿Tienen una soltura impresionante y una capacidad de reacción rápida y por lo general acertada, con llamativos buenos resultados? Todos lo hemos visto también. ¿Están a un alto nivel y hay que tomarlos como referente y aprender de ellos lo que podamos, a través de la observación? Es lo que hay que hacer, de hecho.

Pero amigos, no nos creamos esa, como dice el gran Álvaro Tineo, “Doctrina de la Seducción”, de que no conocen la derrota y son infalibles. No es cierto.

Ellos también fracasan. También meten la pata. Y a diferencia de nosotros con nuestros propios errores… no se suelen dar cuenta. Es uno de los puntos en los que les superamos: por lo general ellos parten de un nivel alto, pero no suelen hacerse mejores y pulir sus fallos. Es la parte mala del que tengan INNATA la habilidad de flirtear y atraer a las chicas.

Sólo que no son tontos, y al igual que nosotros cuando metemos la pata no lo pregonamos a los cuatro vientos, ellos tampoco lo hacen.

En este punto tengo que hablar de un natural que es uno de mis mejores amigos. Entre las cualidades que hacen de él un natural, está la enorme mano que tiene el tío para seducir chicas de forma totalmente directa.

Él llega, las empieza a seducir, tensión sexual alta desde el principio de un modo que cuela y ellas responden, y de qué modo… el tipo siempre tiene un par de amantes. Verdaderamente impresionante.
Además, es un tío gracioso, y si bien mete en mi opinión demasiada caña en el sentido de lo contrario de arrastrarse detrás de la chica… ¡En general las chicas se lo aguantan! Esto no lo apruebo ni es mi estilo, pero los resultados son los resultados.

Ahora, sus puntos negativos: al tipo le cuesta la vida mantener una relación. A los pocos meses, las chicas que han estado con él, o le dejan por otro o le dejan a secas. Lo digo con mucha pena y con deseo de que eso lo consiga cambiar, intentaré aconsejarle y tal, porque es un tipo muy querido para mi, al que conozco desde hace años (en los primeros tiempos, dicho sea de paso, no me enteraba de cómo narices tenía tanto éxito, y hoy cada vez entiendo mejor las claves de su éxito, gracias a estar en este mundillo).

Otra cosa negativa en su flirtear, de la que me estoy dando cada vez más cuenta: ¿Sabéis eso de una de cal y una de arena verdad? Pues él tiende mucho a dar cal (es decir, el priva del priva y dale, por así decirlo), a lo bestia. De modo que se queda la chica echa polvo a lo mejor (otra cosa, no tiene problemas en hacerlo en toda mi cara, cosa que me parece que sobra…), y le cuesta a él una bronca. O incluso la relación. Y claro, eso a todas luces es un fallo.

Aparte que a mí me sabe fatal ver eso, me subleva. Un verdadero “hombre de los que ya no quedan”, ante todo vela por su reputación, y por no herirla de verdad. Una cosa es no caer en el arrastrarse tras ella en plan pagafantas absoluto, cosa que acaba con la pasión de cualquiera, y otra es tratar a una chica como si fuera una babucha vieja. Más siendo tu chica.

Un ejemplo: hace no mucho celebramos su cumpleaños en “pétit comité” (como se escriba), en un restaurante. Ella me comentó en secreto que tenía dos velitas para sacarle en la mesa, como sorpresa. Llegado el momento, ella sin que el se diera cuenta la encendió, se la puso delante y empezó a cantar: “Feliiz…” la interrumpió él bruscamente diciendo “no no, paso – apaga la vela en plan dejado -, que no me gustan esas cosas”.

Se quedó ella con la cara que imagináis, yo y el otro amigo con la cara que también imagináis… y el natural siguió hablando de lo que estábamos hablando.

Comprensiblemente, desde ese momento ella con la cara larga, y de sentirse como os podéis imaginar también. Al salir de allí, ella se puso a andar unos metros más adelante.

Y cuál no será mi sorpresa, cuando me dice el natural (OJO AL DATO): “¿Y a esta ahora que le pasa?”
Yo: ¿Qué le va a pasar cojones? ¿Tú no te das cuenta que lo de la vela lo ha hecho con toda la ilusión, y vas tú y todo lo que dices es “no no, a mi eso no me gusta”? Pues por eso es hijo, que se le nota además en la cara.
Él: Pero que le hago, si no me gustan esas cosas…
Yo: Macho, me parece muy bien, pero hay otras formas de decir las cosas, no sé, un “Ay nena muchas gracias de verdad, pero es que no me gustan estas cosas (apagas vela), que encanto eres joe, ¿Veis la pedazo de niña que es? ¡A ver si aprendéis cabrones!”. Por ejemplo.

Se quedó el con cara de “aaaaaaaam”.

Para que veáis. Los naturales también fallan. También tienen sus debilidades.

También lloran.

Así que no veo por qué no vais a poder llegar a su nivel de conocimiento y de soltura cuando estéis con una chica.

Y además, siendo unos caballeros, cosa que nos diferencia y nos define a los miembros de este proyecto.

Un saludo,

Aquiles.


4 respuesta a «Los naturales también lloran»

  • Kheldar Arainai

    Fé de erratas:

    – Soy un natural.
    – He jodido muchas cosas.
    – He tenido momentos malísimos.
    – He pasado por sequías (voluntarias e impuestas).
    – He acabado dolido o incluso quizás hecho daño (esto siempre puede pasar).
    – Me gusta que haya implicación emocional, lo cual hace que arriesgue más…

    Y la verdad, no siento que sea un dios ni un superhéroe. Pero si soy natural es por el hecho de poder lograr que las personas que conectan conmigo sientan que pueden ser libres, ser quienes verdaderamente son sin atender a mantener fachadas y sin sentirse juzgadas.

    En cuanto mejore eso de que a veces soy un poco arisco y no puedo empatizar demasiado bien, creo que mejoraré mucho mas.

    Quizás os apetezca escribir sobre esto, chicos. Un abrazo.

  • aquiles

    Todo un ejemplo de humildad que nos da Kheldar, apuntáoslo que la de la humildad es una de las lecciones básicas en esto!!

    Dices que si eres un natural es por eso concretamente. Cojonudo. Pero chicos, no penseis que es la única forma de ser un natural! Esa es la de Kheldar, y hay otras muchas formas de ser natural, ya lo iréis entendiendo según avancéis… o ya lo entiendes, si estas avanzado 😉

    Y… sobre qué concretamente dices que quizá nos apetezca escribir? Me temo que estoy algo espeso a estas horas 😛

    Un abrazo!!

  • Kheldar Arainai

    Sobre la implicación emocional y lo que consigue, sobre la libertad emocional y lo beneficiosa que resulta (especialmente cuando la libertad no es solamente propia sino que también se le brinda a la otra persona)…

    Hay tantas formas de ser natural que no sabría decir por qué escojo esta precisamente. Diría que me sabe genial vivir en el plano de las emociones y las sensaciones.

    Esto conecta con el tema del lliderazgo en el aspecto de saber identificar, transmitir y hacer resonancia de las emociones clave para la motivación y la inspiración propia y ajena.

  • aquiles

    Pues me alegra comentarte que ese punto, el de la implicación-libertad emocional, es uno de los muchos que tratamos en nuestro libro, en el apartado de juego interno.

    En cuanto a la forma que eliges (o que eres),tan respetable y válida (en tanto que funcione, que te funcionará conociéndote) como otras. Y en cuanto al liderazgo, eso que dices está muy bien, como parte del liderazgo y como no parte necesaria de liderar, sino como una de tantas.

    Un abrazo!!

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